Después de siglos de tradición, llega hasta nosotros un producto ancestral, el hornazo, alimento propio de Salamanca y su comarca.

El hornazo es una empanada a base de harina de trigo rellena de productos típicos de la tierra (jamón, chorizo y lomo), que en nuestros días sigue de plena actualidad.

El hornazo acompaña a los salmantinos en sus meriendas y días de campo, y de manera muy especial en el “Lunes de Aguas”, que se celebra ocho días después del Domingo de Resurrección.

Los orígenes del “Lunes de Aguas” se remontan a una época lejana, cuando, antes de comenzar el tiempo de Cuaresma, las mujeres públicas eran expulsadas a la otra orilla del río por orden del popularmente conocido “Padre Putas”, perteneciente a la antigua Orden de Mancebía. El destierro duraba hasta el llamado “Lunes de Aguas”, día en el que los estudiantes iban a buscar a las mujeres para pasarlas en barca desde la otra orilla del Tormes. De aquí el nombre de tan popular día.

En la actualidad, la conmemoración del “Lunes de Aguas” consiste en disfrutar de una jornada campestre. Las gentes de Salamanca se reúnen con familiares y amigos para celebrar una merienda, cuyo protagonista indiscutible es el hornazo.